domingo, 19 de julio de 2009

4. TICKET A TIBET (1)


Los motivos por los que nos hemos alojado en Pekin en el Leo Hostel son que Raul y Cristina ya estuvieron en el hace un par de anos y guardaban buen recuerdo tanto por el hostal en si como por su situacion centrica (a 10 minutos de Tiananmen, que es el centro de Pekin); pero ademas porque es una de las pocas referencias que ofrece la sagrada guia con respecto a obtencion de permisos para entrar en Tibet desde Pekin. Asi que ya desde el momento en que llegamos al hostal nos pusimos en ello: Nos atiende Noodles (todos los chinitos del Leo Hostel tienen nombres curiosos: los chicas los tienen cursis para ser chinas (Vicky, Marina,…) y los chicos directamente horteras (Rice, Noodles,… nombres de comida) no sabemos si los eligen ellos o se los impone el propietario americano, el tal Leo). Noodles nos cuenta que para llegar a Tibet son necesarias 3 cosas> permiso, billete de tren o avion y contratar un tour de al menos 3 dias en Lhasa. Su precio 320 $ por el tour + 15 $ por el permiso + 100 $ por el billete de tren. Parece bien caro, y una cosa que nos gusta bien poco es gastar. A partir de este momento comienza la busqueda: en lugar de ir de templo en templo en nuestra primera mañana en Pekin, vamos de agencia en agencia; en cada una parece como si los chinos no supieran que se puede ir de turismo al Tibet… El responsable de la agencia de turno hace una docena de llamadas a no se sabe quien, para acabar contandonos que no hay billetes de tren ni los habrá en los proximos muchos días. Por otra parte nos cuentan que sin el permiso de visita tampoco nos podrían vender los billetes. Y es aqui donde aparece la pescadilla tibetana que se muerde la cola: sin permiso no hay billetes, pero ademas nadie nos conseguira un permiso si no contratamos su tour y, como vas a contratar un tour al que no puedes llegar sin billete de ningun medio de transporte? Eterno retorno en version moderna. Al final el famoso hermetismo tibetano va a resultar que era este atrapabobos en el que nos hemos metido.


Como las agencias nos dejan una sensacion de entre liantes e incapaces optamos por dirigirnos a quien tiene la sarten (en este caso los permisos) por el mango: la policia.

Continuara….


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